Dentro de los equipos de protección individual, el calzado de seguridad ocupa un lugar destacado. Es un elemento clave para evitar daños en los pies en accidentes laborales. Es clave contar con el tipo de calzado más adecuado en cada caso. Zapatos y botas de trabajo que se adapten a la actividad laboral que se vaya a desarrollar.
Cuando hablamos de calzado de seguridad, no nos referimos solo a modelos con puntera de acero para evitar daños derivados de posibles impactos. Existen además con punteras en composite o aluminio porque en algunos casos el acero resulta demasiado pesado. Si elegimos acero, tiene que ser resistente al agua y un buen aislante térmico. Los materiales que se usan para fabricar calzado de seguridad tienen que ser también transpirables. Esta transpirabilidad se consigue gracias al composite. Son fibras de vidrio, carbono o plástico que destacan por sus magníficas propiedades mecánicas. Otro de los puntos fuertes de estas punteras es que, al recibir un golpe, se deforman para después volver a su estado original evitando así el aplastamiento del pie.
Calzado de seguridad de calidad
Las botas de Nadriza Canarias son ligeras y flexibles. Ofrecen un inmejorable aislamiento térmico. Además, no se oxidan.
Las punteras de seguridad de acero son innegablemente más resistentes. Algunos modelos de nuestro catálogo llevan puntera de aluminio moldeado a presión.
Nuestro calzado de seguridad lleva además suela antideslizante y es impermeable. Las plantillas son ergonómicas y antibacterianas. La suela es otro elemento clave en este tipo de calzado porque evita daños relacionados con la presencia de objetos punzantes o cortantes.
Apostamos por la innovación, la calidad de los materiales y la excelencia en la fabricación. Respetando siempre la normativa correspondiente relativa al calzado de seguridad. Se trata de la Norma UNE-EN ISO 20345. Esta determina los requisitos elementales y complementarios del calzado de seguridad. Es un calzado cuyo objetivo es minimizar riesgos mecánicos (impacto o compresión), deslizamientos, peligros térmicos o peligros de conductividad eléctrica.
Hay que tener en cuenta también la norma EN ISO 13287:2012. Se refiere al método de ensayo que prueba la resistencia ante el deslizamiento de nuestro calzado de seguridad. No incluye de todos modos al calzado protector ante clavos, tacos metálicos o dispositivos similares.
En Nadriza Canarias ponemos todo nuestro tesón en comprobar que el calzado de seguridad respeta la normativa establecida. Solo ofrecemos botas y zapatos que hayan superado las debidas pruebas de abrasión y de impacto. Ponemos nuestra experiencia y conocimientos al servicio de nuestros clientes. A esto hay que sumar la profesionalidad de nuestro equipo, siempre dispuesto a dar con el mejor calzado de seguridad y protección para cada necesidad. Sumando comodidad con seguridad.
Insistimos en que el calzado de seguridad es clave en todo equipo de protección individual de los trabajadores. Hablamos de los denominados EPIS. Es esencial utilizar siempre calzado de fabricantes que combinen ligereza y protección. No en vano, un calzado demasiado pesado impedirá que una personas desarrolle correctamente su trabajo. Porque proteger los pies es esencial en muchos escenarios laborales. Las extremidades están expuestas a eventuales caídas de objetos, impactos en el talón u objetos puntiagudos. Hay que evitar por todos los medios los daños que esto pueda provocar con zapatos con resistencia en la punta y en el tacón y una suela resistente y antideslizante. Además, el calzado de seguridad debe ser transpirable y de diseño ergonómico.
En resumen, según leemos en la norma EN ISO 20345, todo calzado de seguridad ha de estar dotado de:
- Suela antideslizante.
- Puntera para proteger el pie del impacto y aplastamiento.
- Plantillas para evitar las perforaciones.