Los EPIs son un elemento de gran importancia en el ámbito laboral. Se trata de equipos de protección individual que se utilizan como medios de seguridad que los trabajadores deben usar durante el ejercicio de sus funciones. El objetivo con ello, es protegerse de posibles riesgos que pueden poner en peligro su seguridad, salud o integridad física.
Contar con un Equipo de Protección Individual es clave cuando existen riesgos evidentes para la salud de los empleados, y que no pueden evitarse por otros procedimientos o medios.
Principales características de los EPIS
¿Cómo son exactamente los EPIs y cuáles son sus principales características? Todo gira en torno a la naturaleza del riesgo en el trabajo, su magnitud, y aspectos como las condiciones ambientales del lugar de trabajo o las características de los empleados, entre otras cosas. Como especialistas en la venta de equipos de protección individual, a continuación, hacemos un repaso por las características básicas y los requisitos que todos los EPIs deben cumplir.
Adecuarse a las condiciones existentes en el lugar de trabajo es uno de los factores clave que deben cubrir los EPIs. Con ello, nos referimos a cuestiones como la humedad ambiental, la temperatura, la concentración de oxígeno, etc.
Por otro lado, siguiendo con el lugar de trabajo, también debemos incluir aquí las condiciones que guardan relación con la tarea específica: el esfuerzo físico que deben realizar los empleados, el tiempo durante el que deben llevar puestos los EPIs, o las necesidades en cuanto a visibilidad y comunicación se refiere, entre otras cosas. Con ello, evitamos así añadir nuevos riesgos por el uso de los EPIs.
Si hablamos de los trabajadores, debemos tener en cuenta sus condiciones anatómicas, fisiológicas y su estado de salud, con el fin de evitar que puedan verse reducidas sus capacidades visuales, auditivas o respiratorias. En este sentido, los EPIs deben tener un peso y volumen reducido al máximo para que los empleados puedan llevarlos y utilizarlos de forma cómoda. Lo ideal, es que sean ajustables y adaptables a las características fisonómicas de cada empleado. En el caso de tener que utilizar más de un EPI al mismo tiempo, algo que ocurre en algunas profesiones, es importantísimo que estos sean completamente compatibles entre sí, y a la vez deben mantener la misma eficacia que tendrían en su uso individual.
Hay que tener en cuenta que el EPI es para uso individual, por lo que es fundamental que se adapte a la persona que lo utiliza. Para seleccionar el más adecuado, es necesario pensar en las características ergonómicas, morfológicas, el estado físico y la salud del trabajador que debe llevarlo. Algunas consideraciones que no debemos olvidar son: la talla y el diseño, los trabajadores especialmente sensibles, las trabajadoras embarazadas o los empleados con discapacidad física.
Los EPIs, además, deben ir siempre acompañados por un folleto informativo con todas las indicaciones de uso y modo correcto de empleo, almacenamiento y mantenimiento. No solo eso, sino que este tipo de equipos deben cumplir con la legislación relacionada con su diseño y fabricación. En la mayoría de las situaciones, la legislación aplicable es el Reglamento (UE) 2016/425, y los EPIs llevarán el correspondiente marcado CE.
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